jueves, 18 de octubre de 2012

Una clase política despreciable

Hace sólo unos días, el Juez Pedraz absolvía a los imputados de la plataforma 25-S Rodea El Congreso archivando el caso por un presunto delito que Interior les pretendía imputarles "contra las Instituciones del Estado" y se ponía además de su parte aludiendo a una "convenida decadencia de la clase política". Estas palabras causaron gran revuelo e indignación entre los fascistoides que hay enquistados ahora mismo en el poder, con sede en la calle Génova, y que en su rabia y frustración, no dudaron en desacreditarle llamándole "pijo ácrata". Este juez, afortunadamente, es uno de los pocos magistrados sensatos, justos y conscientes que aún quedan en este retrasado y corrupto país que cuenta con una alta administración integrada por numerosos elementos de claro tinte tardofranquista y conservador, que aún se creen que la nación les pertenece por derecho divino o algo parecido. Porque la verdad es que estos políticos que se creen representarnos no son sólo decadentes, sino despreciable, prescindible y punible carne de cañón. Una clase cleptómana y nepotista, altiva y además orgullosa, que se cree omnipotente e intocable y que no parece estar dispuesta a perder sus privilegios, por más que la situación socioeconómica del país empeore, sumida en las hambrunas, la miseria y la tecnobarbarie. Situación que se les irá de las manos, en cuanto pidan el famoso y temido rescate y cometan la casi segura insensatez de seguir defenestrando la salud, la educación y el los pocos servicios sociales que aún sobreviven.


"Eres un pijo ácrata"


Y la verdad es que estos bárbaros descerebrados se encuentran muy cómodos instalados en el poder desde el final de una transición que nunca se llevó a cabo realmente. De ahí el atado y bien atado de Franco, que era consciente de que sus esbirros se perpetuarían en el poder, con el borbón a la cabeza, infectando lo que al pueblo le hicieron creer que era una democracia. Y si antes era la figura del dictador la que integraba la cara amable de la dictadura, hoy esta se encuentra perfecta y sutilmente difuminada y licuada calando algo que se conoce como Estado, y que es el mayor Leviatán del reino. Un monstruo insensible, frío y calculador, que devora los derechos y las libertades de los individuos sin inmutarse un ápice antes las penurias que les genera y que se sostiene y alimenta, si puede, ahogándoles a impuestos, y si no puede, merced a unos mercados financieros, bestia aún mayor del imperio sionista, que regulan su funcionamiento dentro de una estructura envilecida por los dictados del capitalismo.


Antes, el iletrado pueblo aceptaba su destino, porque esta era la voluntad de dios padre omnipotente


Pero si alguien consiente esta tiranía, este clientelismo y privilegiado festín de unos pocos sinvergüenzas que controlan los designios del conjunto de la ciudadanía, son estos propios individuos conformados en colectivo: El Pueblo, sumiso y resignado, lobotomizado por la telebasura, los falsimedia y el repugnante fútbol: Un espectáculo convertido  en un circo de vanidosos gladiadores que cobran exorbitadas sumas por sus servicios al poder y que terminan de redondear el perfecto desfalco de las clases populares. Estas, encima, les tienen encumbrados a la categoría de héroes vivientes, pero no son más que mercenarios que ya no forman parte de una liga de fútbol, sino de un enorme casino que defrauda a hacienda y por consiguiente a ellas mismas. Como pueden observar, es todo un montaje sumamente despreciable, podrido y maloliente. Y la clase política, mientras tanto, se frota las manos. Burócratas, senadores, diputados que conforman una élite de funcionarios que siguen reuniéndose en los plenos del congreso, engordados y atocinados como viejos cónsules romanos de provincia, inútiles como pocos. Son solamente la cabeza visible, por orden jerárquico, de otros 400.000 chupópteros que viven parasitando del bote de todos y sangrando el país como sanguijuelas.


www.eduesfoto.blogspot.com


Esta es la realidad que sufrimos hoy en España y prácticamente en el mundo entero. Una política desvirtuada y parásita, haciendo el papel de muro o dique de contención entre el verdadero poder, las élites de oligarcas que controlan el mundo y una ingente masa de desarrapados que aún están demasiado dormidos para llevar a cabo una verdadera revolución que equilibre la situación. Una situación que por inercia e irresponsable inacción de la mayoría, nos está conduciendo a un nuevo feudalismo a escala mundial. Un tecnofeudalismo corporativo y globalizado en el que la brecha entre ricos y pobres no hace más que aumentar día a día, conformando una nueva realidad y un nuevo y oscuro medievo que a pocos les va a gustar.


El Roto, genial e imprescindible, como siempre...


1 comentario:

  1. En realidad tenemos la clase política que merecemos por mucho que duela decirlo. Saludos

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