El Ministro de Justicia, Don Alberto
Ruiz-Gallardón, se ha roto dos costillas al precipitarse por las escaleras de
su vivienda, cuando se disponía a sacar de paseo a sus perros. La noticia ha
causado furor en las redes sociales y en la prensa escrita, en especial en el
bilderberiano diario de mayor tirada nacional “El País”, en el que el ingente
número de comentarios censurados ayer tarde por el moderador de turno ante tan
penoso acontecimiento, manifestaba a las
claras el enorme cariño que le profesa la ciudadanía.
El Sheriff Gallardo
Me pregunto que habrá pensado su eminencia, ilustre creador
del polémico “Tasazo” que garantiza la justicia para todos (los de su pudiente
calaña, obviamente), al rodar peldaños abajo. Quizá haya pensado en su hijo
ebrio, minutos antes de estampar el flamante Audi A8 de papá en una farola, o
tal vez en todos los que nos comemos kilómetros de tedioso transitar por medio
Madrid soterrado a velocidades ridículas y controladas con radares puramente recaudatorios,
o a lo mejor, aunque lo dudo, en la víctima mortal que provocó el kamikaze de
Valencia al cual su excelencia decidió indultar a principios de año. Aunque,
más que saber en qué pensó, ya que probablemente no pensó en nada dada la
funesta interconexión neuronal de su pobre materia gris, interesa saber cómo y
por qué cayó.
Los túneles del infierno, un regalo envenenado de 12.000 millones de euros del Sheriff justiciero, antes Marshall de Madrid, que dejó en quiebra las arcas municipales y que ahora pagamos todos, nos guste o no, en forma de abusivas multas recaudatorias, parkímetros, IBIs y tasas de basura desorbitadas.
Personalmente, soy un gran amante de los animales, en
especial del mejor amigo del hombre, el perro. Teniendo en cuenta la nobleza y
pureza espiritual de los cánidos, resulta
difícil creer que le tengan el más mínimo cariño a este personaje, que hace
gala de una peligrosa ausencia de
empatía y una frialdad y opacidad emocional
importante, capaz de congelar con un pedo su escaño en el Congreso. Así que me
inclino a pensar y casi a desear que, descartando el clásico resbalón, fuesen
estos pobres animales los que, hartos de compartir vida y compañía con su
odioso amo, decidiesen tomar la justicia por su cuenta mediante formidable
arreón-tirón, con vistas a terminar así con años de interminable e insoportable
cautiverio, ajusticiando a su vez al mayor justiciero del reino.
El Sheriff con su perra "Olimpia". La desaprobación del animal parece indiscutible.
Sin embargo, como no creo en la maldad o en la malicia
animal, atributos sólo atribuibles a un
ser infinitamente peor, que es el hombre, concluyo que fueron otras fuerzas
naturales y cósmicas las responsables del, por el vulgo, celebrado accidente.
Responsabilidad que cae en primera instancia sobre el propio damnificado, pues
no debemos olvidar que la ley de la causa y el efecto, más conocida como Ley
del Karma, termina poniendo a cada cual en el lugar que le corresponde, en
función de sus actos e intencionalidad oculta. Que tomen nota pues los demás
integrantes Populares de la cúpula del peor partido que ha visto la luz en
siglos, pues si en agosto fue la delegada de gobierno en la capital, la señora
Cifuentes, la primera en caer arrollada (de su moto) en pleno Paseo de la
Castellana, esto es un suma y sigue, y
pronto les tocará el turno a los demás.
Activistas femen irrumpen en el congreso para mostrar su disconformidad con la polémica ley del aborto. ¿Aborto es sagrado?, repetía confuso el Sheriff.
Por lo tanto, si en los próximos días, semanas o meses, nos
enteramos de que al señor Montoro, por poner un ejemplo, se le ha atragantado una espina de bacalao en
la garganta, o al señor Morenés, ese oscuro y sórdido personaje que ocupa el
cargo de ministro de defensa, le ha estallado una granada de mano en la cara en
una de sus malditas fábricas o industrias de armamento, no debería de sorprendernos
lo más mínimo.
La fiesta de la "democracia" el pasado 6 de diciembre. Un baile de demonios en toda regla.
Y es que los ángeles existen, y aunque no lo sepamos o no lo
creamos, velan por todos nosotros, del mismo modo que los demonios tratan
también de jodernos la vida cada día, transmutándose en energúmenos como los
que tenemos actualmente en el poder.
Nunca he visto en mi vida a un político tan falso, tan hipócrita, tan mentiroso, tan de todo. Que todavía me acuerdo del slogan electoral con el que accedió a la alcaldia " MENOS IMPUESTOS" . Fijaté que allá donde va los sube a niveles estratosféricos. Simboliza el prototipo del politicucho español, señoritingo y ladrón. Con unos cuantos mas como este ya estaríamos en el cementerio enterrados hace tiempo.
ResponderEliminarSaludos